Cuando abrí la antigua puerta de hierro, un olor rancio me golpeó, como si el tiempo se hubiera quedado quieto aquí durante décadas. Estaba en una fábrica abandonada, con todo tipo de artículos diversos apilados en las esquinas, y las máquinas oxidadas que yacían silenciosamente a un lado, que parecían contar la prosperidad y el esplendor que alguna vez había existido.
En el curso de mi cuidadosa búsqueda, encontré un cuadro desgastado que contenía algunos suministros textiles de antaño. Una de las telas que me llamó la atención fue una buena pieza de lienzo con un diseño fantástico pintado: un pequeño elfo navegando por un velero flotando en el cielo, rodeado de estrellas centelleantes y nubes caprichosas.
Fascinado por la tela, la eliminé y la examiné de cerca. De repente, sentí un poder misterioso que emanaba de la tela y el aire a mi alrededor se volvió cálido y energizado. Decidí llevar el lienzo a casa e intentar convertirlo en una bolsa de lona personalizada.
Después de un gran diseño y producción cuidadosos, esta bolsa de lienzo finalmente se terminó. Pero para mi sorpresa, cada vez que recogía esta bolsa, era como si pudiera sentir la compañía del elfo y el viaje de fantasía. Ya no es solo un objeto simple, sino una parte de mi propia historia de fantasía, que me lleva a un mundo misterioso e imaginativo.